martes, 26 de junio de 2012

Depresion en el adulto mayor

Uno de los problemas más comunes es la depresión profunda, que se caracteriza porque las personas mayores sufren pérdidas acumulativas, por ejemplo la muerte de cónyuges y amigos. El deterioro de su salud, capacidad física (lo que las hace sentirse menos independientes), y la pérdida de control contribuyen a la persistencia de la depresión.
Esas explicaciones tienen sentido, pero no es del todo claro que la depresión sea un problema significativamente peor en la adultez tardía que más temprano en la vida. Algunos estudios sugieren que la tasa de depresión en realidad sería menor durante la edad adulta tardía. Una razón para este hallazgo contradictorio es que existen dos tipos de depresión, una que continúa desde las etapas tempranas de la vida y la otra que ocurre como resultado del envejecimiento.

 En la mayoría de los estudios nacionales e internacionales la depresión es más frecuente en el sexo femenino, lo cual puede ser debido  a las diferencias biológicas existente entre ambos sexos y los eventos que ocurren en la vida de la mujer que la convierte en más vulnerable.
    

 Muchos estudios informan que al incrementarse la edad, disminuye la posibilidad de ser diagnosticada la depresión en los ancianos.  La condición de  ser  viudo y soltero,  desde el  punto de vista psicológico y social, los convierte en más vulnerables a la depresión.

En los ancianos, en los que la depresión evoluciona desfavorablemente, con síntomas importantes de alta intensidad y en los que además existe enfermedad física, el potencial suicida es muy elevado, mostrado en los resultados de nuestro trabajo.

El reconocimiento de la depresión en el adulto mayor es más difícil porque el paciente es reacio a manifestar dichos síntomas, porque no se indaga sobre estos, por parte del clínico, y se señala que es muy importante buscar cambios en la conducta como indicador de depresión

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